miércoles, 4 de mayo de 2016

Norberto Ceresole nació en Buenos Aires en agosto de 1943 y murió el 4 de mayo de 2003.

Norberto Ceresole nació en Buenos Aires en agosto de 1943 y murió el 4 de mayo de 2003. Era un sociólogo de Argentina y un científico político, que se identifico con el Peronismo y las ideas de sus amigos Robert Faurisson, Roger Garaudy y Ernst Nolte. Fue un escritor revisionista muy importante y expresó su rechazo hacia el sionismo e Israel.
Ceresole siempre se manejó políticamente entre el nacionalismo y la izquierda.
En los últimos años de su vida asesoró al Presidente venezolano Hugo Chávez.

 links de algunas obras de ceresole (si en algun momento los links dejan de funcionar contactarse con los autores de esta pagina y les mandamos los pdf)

 la falsificacion de la realidad
La conquista del imperio Americano El poder judío en Occidente y en Oriente

Obra

La obra científica de Norberto Ceresole se divide en dos etapas. La primera corresponde a un pensamiento estratégico geopolítico nacionalista popular, en la línea ideológica del peronismo ortodoxo.
La segunda etapa comienza a partir de los atentados en Buenos Aires durante los años '90 contra la Embajada de Israel y la AMIA. A partir de entonces, la obra de Ceresole se concentra básicamente en las siguientes premisas:
  • la existencia de un frente de poder mundial anglo-norteamericano cuyo núcleo identifica el autor como el lobby judío residente en los EE.UU.
  • afirmación de la hipótesis de que los atentados en Buenos Aires fueron obra del extremismo de ultraderecha judío
  • afirmación de que el Holocausto es un "Mito" que carece de respaldo científico, histórico y documental
  • el rechazo a las categorías interpretativas históricas y sociológicas de opresión e injusticia social como las de "metrópoli-periferia" o "lucha de clases" (Karl Marx, Sartre, F. Fanon), y afirma en su lugar el contenido racial de la relación opresores-oprimidos, introduciendo el concepto de "revoluciones raciales no asumidas"
  • resalta como fundamental la distinción entre el genos y el ethnos
  • señala a la conciencia racial y a las fuentes martirológicas religiosas, en particular cristianas y chiítas, como único motor de liberación del oprimido. 


domingo, 7 de febrero de 2016

8 de febrero, 1785-nacimiento de Martin Miguel de Guemes


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Martín Miguel de Güemes, el líder de la guerra gaucha que frenó el avance español con sus tácticas guerrilleras, nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Estudió en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos. A los catorce años ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas como edecán de Santiago de Liniers. En esas circunstancias fue protagonista de un hecho insólito: la captura de un barco por una fuerza de caballería. Una violenta bajante del Río de la Plata había dejado varado al buque inglés "Justine" y el jefe de la defensa, Santiago de Liniers ordenó atacar el barco a un grupo de jinetes al mando de Martín Güemes.

Tras la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos Aires y colaboró en el sitio de Montevideo.

Pero Güemes no olvidaba su Salta natal, a la que volverá definitivamente en 1815. Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas, organizando al pueblo de Salta y militarizando la provincia. El 15 de mayo de 1815 fue electo como gobernador de su provincia, cargo que ejercerá hasta 1820.

A fines de noviembre de 1815, tras ser derrotado en Sipe Sipe, Rondeau intentó quitarle 500 fusiles a los gauchos salteños. Güemes se negó terminantemente a desarmar a su provincia. El conflicto llegó a oídos del Director Supremo Álvarez Thomas quien decidió enviar una expedición al mando del coronel Domingo French para mediar en el conflicto y socorrer a las tropas de Rondeau varadas en el norte salteño. Rondeau parecía más preocupado por escarmentar a Güemes y evitar el surgimiento de un nuevo Artigas en el Norte que por aunar fuerzas y preparar la resistencia frente al inminente avance español. Finalmente, el 22 de marzo de 1816 se llegó a un acuerdo: Salta seguiría con sus métodos de guerra gaucha bajo la conducción de Güemes y brindaría auxilio a las tropas enviadas desde Buenos Aires.

Dos días después, iniciaba sus sesiones el Congreso de Tucumán que designó Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón. El nuevo jefe del ejecutivo viajó a Salta ante las críticas y sospechas de muchos porteños, que dudaban de la capacidad militar de Güemes y sus gauchos. Pueyrredón quedó tan conforme que ordenó que el ejército del Norte se retirara hasta Tucumán y ascendió al caudillo salteño al grado de coronel mayor.

San Martín apoyó la decisión de Pueyrredón y confirmó los valores militares y el carisma de Güemes y le confió la custodia de la frontera Norte. Dirá San Martín: "Los gauchos de Salta solos están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible que lo han obligado a desprenderse de una división con el solo objeto de extraer mulas y ganado".

Belgrano también valoraba la acción de Güemes. De esta forma nació entre ellos una gran amistad. Esto le dice Güemes a su amigo en una carta: "Hace Ud. Muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento. Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas".

El jefe de las fuerzas realistas, general Joaquín de la Pezuela, envió una nota al virrey del Perú, señalándole la difícil situación en que se encontraba su ejército ante la acción de las partidas gauchas de Güemes. "Su plan es de no dar ni recibir batalla decisiva en parte alguna, y sí de hostilizarnos en nuestras posiciones y movimientos. Observo que, en su conformidad, son inundados estos interminables bosques con partidas de gauchos apoyadas todas ellas con trescientos fusileros que al abrigo de la continuada e impenetrable espesura, y a beneficio de ser muy prácticos y de estar bien montados, se atreven con frecuencia a llegar hasta los arrabales de Salta y a tirotear nuestros cuerpos por respetables que sean, a arrebatar de improviso cualquier individuo que tiene la imprudencia de alejarse una cuadra de la plaza o del campamento, y burlan, ocultos en la mañana, las salidas nuestras, ponen en peligro mi comunicación con Salta a pesar de dos partidas que tengo apostadas en el intermedio; en una palabra, experimento que nos hacen casi con impunidad una guerra lenta pero fatigosa y perjudicial."

A principios de 1817, Güemes fue informado sobre los planes del Mariscal de la Serna de realizar una gran invasión sobre Salta. Se trataba de una fuerza de 3.500 hombres integrada por los batallones Gerona, Húsares de Fernando VII y Dragones de la Unión. Eran veteranos vencedores de Napoleón. Güemes puso a la provincia en pie de guerra. Organizó un verdadero ejército popular en partidas de no más de veinte hombres.

El 1º de marzo de 1817, Güemes logró recuperar Humahuaca y se dispuso a esperar la invasión. Los realistas acamparon en las cercanías. Habían recibido refuerzos y ya sumaban 5.400. La estrategia de Güemes será una aparente retirada con tierra arrasada, pero con un permanente hostigamiento al enemigo con tácticas guerrilleras. En estas condiciones las fuerzas de La Serna llegaron a Salta el 16 de abril de 1817. El boicot de la población salteña fue absoluto y las tropas sufrieron permanentes ataques relámpago. El general español comenzó a preocuparse y sus tropas empezaron a desmoralizarse. No lo ayudaron las noticias que llegaron desde Chile confirmando la victoria de San Martín en Chacabuco. De la Serna decidió emprender la retirada hacia el Alto Perú.

Las victorias de San Martín en Chile y de Güemes en el Norte permitían pensar en una lógica ofensiva común del ejército del Norte estacionado en Tucumán a las órdenes de Belgrano y los gauchos salteños hacia el Alto Perú. Pero lamentablemente las cosas no fueron así. La partida de San Martín hacia Lima, base de los ejércitos que atacaban a las provincias norteñas, se demorará en Chile por falta de recursos hasta agosto de 1820. Belgrano, por su parte, será convocado por el Directorio para combatir a los artiguistas de Santa Fe. Güemes y sus gauchos estaban otra vez solos frente al ejército español.

En marzo de 1819, se produjo una nueva invasión realista. Güemes se preparaba nuevamente a resistir. Sabía que no podía contar con el apoyo porteño: su viejo rival José Rondeau era el nuevo Director Supremo de las Provincias Unidas. La prioridad de Rondeau no era la guerra por la independencia sino terminar con el modelo artiguista en la Banda Oriental, que proponía federalismo y reparto de tierras. El nuevo director llegó a ordenarle a San Martín abandonar su campaña libertadora hacia el Perú y regresar a Buenos Aires con su ejército para reprimir a los federales. San Martín desobedeció y aclaró que nunca desenvainaría su espada para reprimir a sus compatriotas.

El panorama de la provincia de Salta era desolador. La guerra, permanente, los campos arrasados y la interrupción del comercio con el Alto Perú habían dejado a la provincia en la miseria. Así lo cuenta Güemes en una carta a Belgrano: "Esta provincia no me representa más que un semblante de miseria, de lágrimas y de agonías. La nación sabe cuántos y cuán grandes sacrificios tienen hechos la provincia de Salta en defensa de su idolatrada libertad y que a costa de fatigas y de sangre ha logrado que los demás pueblos hermanos conserven el precio de su seguridad y sosiego; pues en premio de tanto heroísmo exige la gratitud que emulamos de unos sentimientos patrióticos contribuyan con sus auxilios a remediar su aflicción y su miseria". Pero los auxilios no llegaron nunca y la situación se hacía insostenible porque las clases altas de Salta le retaceaban su apoyo por el temor de aumentar el poder de Güemes y por la desconfianza que le despertaban las partidas de gauchos armadas a las que sólo toleraban ver en su rol de peones de sus haciendas.

En 1820, la lucha entre las fuerzas directoriales y los caudillos del Litoral llegó a su punto culminante con la victoria de los federales en Cepeda. Caían las autoridades nacionales y comenzaba una prolongada guerra civil. En ese marco, se produjo una nueva invasión española. En febrero, el general Canterac ocupó Jujuy y a fines de mayo logró tomar la ciudad de Salta. San Martín, desde Chile, nombró a Güemes y le pidió que resistiera y le reiteró su absoluta confianza nombrándolo Jefe del Ejército de Observación sobre el Perú. A Canterac no le irá mejor que a La Serna: terminará retirándose hacia al Norte.

El año 1821, fue sumamente duro para Güemes porque a la amenaza de un nuevo ataque español se sumaron los problemas derivados de la guerra civil. Güemes debía atender dos frentes militares: al Norte, los españoles; al Sur, el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz que, aliado a los terratenientes salteños, hostigaba permanentemente a Güemes, que será derrotado el 3 de abril de 1821. El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores, aprovechó la ocasión para deponer a Güemes de su cargo de gobernador. Pero a fines de mayo Güemes irrumpió en la ciudad con sus gauchos y recuperó el poder. Todos esperaban graves represalias, pero éstas se limitaron a aumentar los empréstitos forzosos a sus adversarios.

Estas divisiones internas debilitaron el poder de Güemes y facilitaron la penetración española en territorio norteño. Los sectores poderosos de Salta no dudaron en ofrecer su colaboración el enemigo para eliminar a Güemes.

El coronel salteño a las órdenes del ejército español José María Valdés, alias "Barbarucho", buen conocedor del terreno, avanzó con sus hombres y ocupó Salta el 7 de junio de 1821. Valdés contó con el apoyo de los terratenientes salteños, a los que les garantizó el respeto a sus propiedades.

Güemes estaba refugiado en casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, "Macacha". Al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo pero, en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical con la intención de preparar la novena defensa de Salta. Reunió a sus oficiales y les transfirió el mando y dio las últimas indicaciones. Murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. El pueblo salteño concurrió en masa a su entierro en la Capilla de Chamical y el 22 de julio le brindó el mejor homenaje al jefe de la guerra gaucha: liderados por el coronel José Antonio Fernández Cornejo, los gauchos de Güemes derrotaron a "Barbarucho" Valdés y expulsaron para siempre a los españoles de Salta.



http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/g/guemes.php

jueves, 4 de febrero de 2016

5 de febrero, 1979- se funda la base antartica Belgrano II


La Base Antártica Belgrano II perteneciente a la República Argentina, es la segunda de las tres estaciones científicas de la Antártida nombradas en honor al general Dr. Manuel Belgrano. Se llamó Base de Ejército General Belgrano II hasta que en la década de 1990 como parte del proceso de desmilitarización de las bases antárticas argentinas su nombre fue modificado al actual. Las actividades científicas en la base están reunidas en el LABEL (Laboratorio Antártico Mutidisciplinario en Base Belgrano II).3





Actividades[editar]
Cuenta con las instalaciones del Laboratorio Belgrano (LABEL) del Instituto Antártico Argentino en los que se desarrollan, entre otras, las siguientes actividades:

Estudio de la capa de ozono mediante instrumental en superficie (Espectrofómetro Brewer, Espectrofómetro EVA; Radiómetro NILU) y lanzamientos de Ozonosondeos.
Ozono superficial (TEI49C).
LIDAR
Análisis de las variaciones del campo magnético. Magnetómetro Absoluto, Magnetómetro Relativo.
Estudio del comportamiento de la ionosfera. Ionosondador y Riometro.
Sismografia (la base cuenta con el sismógrafo más austral del mundo emplazado sobre roca firme)
Geodesia (GPS y Baliza Doris)
Meteorología (Estación Meteorológica Automática)
El laboratorio Belgrano trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España (INTA) y el Programa Nacional de Investigación Antártica de Italia (PNRA) en la observación e investigación de la dinámica del ozono atmosférico sobre el continente Antártico, aportando datos a la Organización Meteorológica Mundial (WMO) y otros centros concentradores internacionales. Además de los nombrados, el Instituto Antártico Argentino mantiene convenios de investigación con instituciones nacionales y extranjeras en áreas como Geodesia, Sismografía, Física de la Alta Atmósfera, Radiación, etc.

miércoles, 27 de enero de 2016

Benito Quinquela Martín

Buenos Aires, 1 de marzo de 1890- ibídem, 28 de enero de 1977

(Buenos Aires, 1890 - 1977) Pintor y muralista argentino. Fue uno de los "Pintores de La Boca" (uno de los barrios de su ciudad natal). Con un estilo naturalista, la temática de su obra giró, sobre todo, en torno a los barcos y las labores portuarias en general. Se le consideró el pintor del riachuelo por su tratamiento de los temas portuarios.


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Abandonado a poco de nacer, permaneció en un orfanato hasta que, a los seis años, el matrimonio formado por Manuel Chinchella y Justina Molina decidió adoptarlo. Empezó su formación en una escuela de enseñanza en la que únicamente permaneció dos cursos ya que, con tan sólo nueve años, tuvo que empezar a trabajar en la carbonería paterna.

Posteriormente, y hasta que cumplió los quince, fue obrero portuario de La Boca; su trabajo consistía en trepar a los barcos para llenar las bolsas vacías de carbón y cargarlas en los carros. Esta actividad la completaba con la participación activa en la política de La Boca. Pegaba carteles y repartía pasquines a favor del doctor Alfredo Palacios.

En 1907 ingresó en una modesta academia de dibujo de su barrio para estudiar pintura con Alfredo Lazzari. Desde entonces se dedicó a la pintura. Conoció a Juan de Dios Filiberto, un estudiante de música con quien mantuvo una estrecha amistad. También conoció al, por entonces, director de la Academia de Bellas Artes, Pío Collivadino, que le ayudó a iniciarse en el dibujo de retratos y a incorporar el color a sus obras.



En 1918 decidió cambiar su nombre (Benito Juan Martín) por el de Benito Quinquela Martín, eliminando el nombre de Juan y adaptando el apellido de su padre adoptivo a la pronunciación italiana. Con su nuevo nombre, el 4 de noviembre, exhibió sus pinturas en la Primera Exposición Individual de la Galería Witcomb. La muestra fue un éxito y los críticos hablaron de la aparición de un original pintor, con técnica, estilo y mensaje propios.

A partir de este momento empezaron sus recorridos por el mundo. En 1921 realizó su primera exposición internacional en Río de Janeiro. Su primer viaje a Europa lo realizó dos años más tarde, concretamente a Madrid. En 1925 llegó a París, dos años más tarde a Nueva York y en 1929 a Italia, donde Mussolini lo nombró su pintor predilecto "porque sabe retratar el trabajo". Todos estos viajes lo separaban de sus padres; de ahí que rechazara una invitación a Japón para quedarse junto a ellos en el barrio argentino de La Boca.

Muy querido en el barrio, actuó como un protector de las artes y fundó el Café Tortoni para que los artistas pudieran difundir sus obras. En 1933 compró varios terrenos que donó al Estado para que construyera instituciones dedicadas a la expansión del arte y obras sociales. En uno de estos terrenos construyeron la Escuela Museo Pedro de Mendoza, hoy Museo de Bellas Artes de La Boca, que una vez construida fue decorada por él. Entre sus mejores obras destacan Tormenta en el Astillero (Museo de Luxemburgo), Puente de La Boca (Palacio Saint James, Londres) y Crepúsculo en el astillero (Museo de Bellas Artes de La Boca)

viernes, 22 de enero de 2016

22 DE ENERO de 1944 SE CONOCIAN EN EL LUNA PARK JUAN Y EVA

Cuando Juan conoció a Eva


Rubén Fraga

Recordatorio del día en que Juan Perón y Eva Duarte se conocieron al asistir a una convocatoria para ayudar a paliar los daños del terremoto de San Juan.

Hoy se cumplen 67 años del comienzo de una historia de amor que marcó a fuego la política argentina del siglo XX: el encuentro entre Juan Domingo Perón y María Eva Duarte.

Corría enero de 1944 y el país estaba conmovido por el terremoto que el 15 de ese mes había destruido la ciudad de San Juan, dejando un saldo de más de 7.000 muertos y la virtual desaparición de la edificación en la capital cuyana. De inmediato, el gobierno de facto encabezado por el general Pedro Pablo Ramírez organizó el socorro a los damnificados. El entonces coronel Perón tomó a su cargo la campaña solidaria y en pocas semanas logró recaudar más de 12 millones de pesos.

El gobierno militar, surgido del golpe de Estado que el 4 de junio de 1943 derrocó al conservador Ramón Antonio Castillo, prometió que la histórica ciudad sería reconstruida.

En ese marco, aquel sábado 22 de enero de 1944 se realizó un gran festival organizado por la colonia artística en el porteño estadio Luna Park, en Corrientes y Bouchard, con el fin de recaudar fondos para las víctimas del sismo.

Fundado por Ismael Pace y José Lectoure en 1931, el Luna Park fue testigo de numerosos acontecimientos en el siglo XX. Escenario de grandes combates de boxeo y también de bailes, festivales y hechos luctuosos, allí se velaron en 1935 los restos de Carlos Gardel y sonaron entonces los compases del tango “Silencio” en la versión de la orquesta del maestro Francisco Canaro. Siete años después, la noche del 22 de enero de 1944, la orquesta de Canaro volvió a sonar junto a las voces de Libertad Lamarque, Hugo del Carril y la típica de Juan D’Arienzo, en el festival a beneficio de las víctimas del terremoto en San Juan. Y bajo esos compases se conocieron Evita y Perón.

El coronel, de 48 años, estaba al frente de la Secretaría de Trabajo de la Nación, que él organizó para gestar y poner en práctica la legislación laboral en favor de la producción y los derechos obreros. En 1938 había muerto su primera esposa, Aurelia Eugenia Tizón.

Eva Duarte, nacida el 7 de mayo de 1919 cerca del pueblo de Los Toldos, era hija natural de Juan Duarte y Juana Ibarguren y había sido anotada originalmente en el Registro Civil como Eva María Ibarguren (antes de casarse con Perón, Eva modificó su apellido por Duarte e invirtió el orden de sus dos nombres). En aquel enero del 44, tenía 24 años y era una novel actriz de radioteatro que se había movilizado con otros compañeros para ir al festival.

El periodista Rodolfo Ghezzi cuenta que hay dos hipótesis sobre quién los presentó.

Una sostiene que los habría presentado el coronel Domingo Mercante, amigo del futuro presidente argentino y en ese entonces adjunto a la Secretaría de Trabajo. El hijo de Mercante solía afirmar: “Yo escuché mil veces que Evita le decía a mi padre: «¿Se acuerda, Mercante, cuando usted en el Luna Park me llevó de la mano para hacerme sentar al lado de Perón? ¡Ay, el miedo que tenía! Y usted, mire que estuvo inspirado, ¿eh?»”.

La otra versión (y la más difundida) señala que quien los presentó no fue otro que el inefable Roberto Galán. El carismático locutor y conductor de míticos ciclos televisivos como Si lo sabe cante y Yo me quiero casar… ¿Y usted?, era por entonces un joven audaz que ya daba sus primeros pasos en la profesión y fue el presentador en el festival del Luna Park.

Según cita Alicia Dujovne Ortiz en su libro Eva Perón, la biografía, Galán le contó que fue él quien realizó el “enganche” entre Perón y Evita y que en un momento determinado del festival, la joven se le acercó y le dijo: “Galancito, por favor, anunciame que quiero declamar una poesía”. Cuenta luego el animador que en un momento dado llamó a Evita y a otras tres actrices y les dijo: “Los coroneles se han quedado solos. Se los voy a presentar diciéndoles que ustedes forman parte del Comité Femenino de Recepción”. Fue ahí cuando Eva se sentó junto a Perón iniciando una relación que duraría hasta el fin de su vida. Y que la llevó a escribir en su libro La Razón de mi vida: “Aquel fue mi día más maravilloso”.

Años después, en 1955, tras la muerte de Evita y con Perón derrocado y exiliado, Galán también le presentó a él en Panamá a quien sería su tercera esposa, María Estela Martínez.

La relación sentimental entre el coronel Perón y Eva Duarte tomó estado público rápidamente y, sobre todo, llegó a oídos de sus camaradas del Ejército, que, en general, no vieron con buenos ojos ese romance. Cuando Evita conoció a Perón éste vivía con una chica a la que llamaban la Piraña. Cuentan que la temperamental Evita se encargó de sacarla literalmente a las patadas de la casa de Perón.

Luego vinieron el encarcelamiento de Perón en la isla Martín García, la gran movilización popular del 17 de octubre de 1945, su posterior liberación y su llegada a la presidencia mediante el voto popular, el 24 de febrero de 1946, cuando triunfó la fórmula Perón-Quijano.

Eva compartió su vida con él desde aquel festival de beneficencia y pasó a ser una figura clave de su proyecto político. Se casaron por civil en la ciudad bonaerense de Junín, el 22 de octubre de 1945, y el 10 de diciembre de ese año, hicieron bendecir su enlace en una iglesia de La Plata. Como primera dama, Evita se transformó en la “abanderada de los humildes”. Promovió el reconocimiento de los derechos de los trabajadores y de la mujer (entre ellos el sufragio femenino) y realizó una amplia obra social desde su fundación.

Y, por sobre todas las cosas, supo ganarse el amor y la devoción de las grandes mayorías populares hasta su prematura muerte, víctima de cáncer, el 26 de julio de 1952.

En 1956, ya exiliado Perón, circularon textos cortos de su autoría que luego integrarían la obra Del poder al exilio. Cómo y quiénes me derrocaron. Algunos capítulos se editaron con el título Cómo conocí a Evita y me enamoré de ella. Allí, Perón cuenta: “Eva entró en mi vida como el destino. Fue un trágico terremoto que sacudió la provincia de San Juan, en la cordillera, y destruyó casi enteramente la ciudad, el que me hizo encontrar mi mujer. En aquella época yo era ministro de Trabajo y Asistencia Social. La tragedia de San Juan era una calamidad nacional. Para socorrer a la población movilicé al país entero; llamé a hombres y mujeres a fin de que todos tendiesen la mano a aquella pobre gente de aquella provincia remota. Entre los tantos que en aquellos días pasaron por mi despacho, había una joven dama de aspecto frágil, pero de voz resuelta, con los cabellos rubios y largos cayéndoles a la espalda, los ojos encendidos como por la fiebre. Dijo llamarse Eva Duarte, ser una actriz de teatro y de la radio y querer concurrir, a toda costa, a la obra de socorro para la infeliz población de San Juan”.

“Hablaba de manera vivaz, tenía ideas claras y precisas e insistía en que se le confiara un cargo. Yo la miraba y sentía que sus palabras me conquistaban; estaba casi subyugado por el calor de su voz y de su mirada. Eva estaba pálida pero mientras hablaba su rostro se encendía. Tenía las manos escuálidas y los dedos ahuesados; era un manojo de nervios. Discutimos largo rato. Era la época en que en mí se abría camino la idea de dar vida a un movimiento político que transformase radicalmente la vida de la Argentina”, prosigue.

“Vi en Eva una mujer excepcional, una auténtica «pasionaria» animada de una voluntad y de una fe que se podía parangonar con la de los primeros creyentes. Eva debía hacer algo más que ayudar a la gente de San Juan; debía trabajar por los desheredados argentinos. Decidí, por lo tanto, que Eva Duarte se quedase en el ministerio mío y abandonase sus actividades teatrales”, recuerda Perón. Había nacido una relación que tan sólo la muerte pudo interrumpir y que marcó un antes y un después en la historia argentina

22 de Enero – Perito Francisco Moreno llega al Lago Nahuel Huapi y despliega la bandera argentina




Si hablamos de historia y de sitios históricos no podemos dejar de mencionar un sitio que se relaciona con el personaje histórico más emblemático de la Patagonia: Francisco Pascasio Moreno.

Moreno fue el primer hombre blanco en lograr la proeza de llegar al Nahuel Huapi desde el Atlántico en el año 1876. La historia es más que interesante, ya que a sus 23 años, recibiendo la cooperación de la Sociedad Científica Argentina y del Gobierno de Buenos Aires, el joven Moreno partió, en septiembre de 1875 de Buenos Aires, con el propósito de alcanzar al Lago Nahuel Huapi y desde allí seguir hacia Chile.

Para ello, se trasladó en ferrocarril hasta Las Flores y a partir de ese punto con el servicio de mensajería hasta Carmen de Patagones. Luego, junto con un presidiario Manuel Silva como asistente, 4 indios y 30 yeguas se dirigió hacia el oeste bordeando el Río Negro y el Río Limay. Llegando al Collon Cura y para poder continuar, tuvo que obtener la autorización del Cacique Saihueque, poderoso señor de las Manzanas, quien dominaba los pasos a Chile.

Los Consejeros del cacique convencieron a Saihueque del peligro que suponía que los argentinos conocieran los pasos fronterizos cuando tanto Argentina como Chile proyectaban ampliar sus fronteras.

Se organizó entonces, una Junta de Guerra, para evaluar la autorización, que en principio le fue denegada, aunque luego, tras la influencia de otros caciques, se le permitió llegar al Nahuel Huapi pero con la condición de regresar en una semana, para asegurarse que Moreno no intentaría cruzar a Chile. Por ello se lo autorizó a llevar solo “el montado” y como alimento de toda la comitiva, una oveja.

Tras un largo esfuerzo y siguiendo el último tramo del Limay, la expedición llegó al lago Nahuel Huapi el histórico 22 de enero de 1876. Con gran emoción Moreno contempló el maravilloso panorama y desplegó por primera vez la bandera argentina en un sitio, que hoy recordamos por su valor simbólico y que hasta entonces no había sido visitado por ningún otro argentino.

lunes, 18 de enero de 2016

A 55 años del asesinato a manos de la CIA, del líder nacionalista Patricio Lumumba


Patricio Lumumba (1925 – 1961) fue el primer presidente de la República Democrática del Congo en 1960, tras la independencia de Bélgica. En 1958 había creado el Movimiento Nacional Congolés (MNC), para lograr la independencia del país. En junio de 1960, Bélgica concede la independencia al Congo, con la condición de que el país africano asumiera la deuda externa belga. En las primeras elecciones libres,  el MNC obtiene la victoria y Lumumba se convierte en el Primer Ministro del Congo independiente. Tras sólo 3 meses de gobierno, la CIA financió un golpe de estado para defender los intereses de las compañías mineras.  El presidente estadounidense  Eisenhower dio orden de capturar a Patricio Lumumba y asesinarlo, lo que ocurrió en 1961 a manos del agente  Frank Carlucci, quien en 1987  sería secretario de Defensa de Ronald Reagan. MM




Hace 55 años, agentes de los servicios secretos belgas y de la CIA introdujeron el cuerpo de Patrice Lumumba en un barril de ácido y lo hicieron desaparecer. El Congo pudo haber ido hacia una democracia y, por el contrario, fue hacia una de las peores dictaduras africanas del siglo XX.

Fue el primer jefe de gobierno de la República Democrática del Congo. Buscó la descolonización de su país en manos de Bélgica; destruir totalmente el poder colonialista europeo presente en África, y erradicar el ultraje y el expolio que durante siglos había sufrido el continente.

En 1958 se orientó decididamente hacia la lucha por la descolonización del Congo por las escasas posibilidades de acción social que le permitían las autoridades coloniales belgas y así fundó el Movimiento Nacional Congolés, partidario de crear un Estado independiente y laico, cuyas estructuras políticas unitarias ayudaran a superar las diferencias tribales creando un sentimiento nacional.

Tras la independencia de Bélgica, en 1960, el Congo celebró elecciones, y Patricio Lumumba, líder de la lucha independentista, llegó a la presidencia con un programa nacionalista y de izquierda.

Lumumba no pudo impedir que la retirada del ejército belga diera paso a conflictos políticos con pronunciamientos militares, ataques a la población blanca y disturbios generalizados.

La rebelión fue especialmente grave en la región minera de Katanga, que se declaró independiente bajo el liderazgo de Tschombé; Lumumba denunció que esta secesión había sido promovida por el gobierno belga en defensa de los intereses de la compañía minera que explotaba los yacimientos de la región.

Lumumba pidió ayuda a la ONU, que envió un pequeño contingente de «cascos azules» incapaces de restablecer el orden, y por eso pidió el apoyo de la Unión Soviética, con lo que amenazó directamente los intereses occidentales.

El presidente de EEUU, Eisenhower, dio entonces la orden de eliminarlo, y envió al agente de la CIA Frank Carlucci, quien luego sería secretario de Defensa de Ronald Reagan.

Un golpe de Estado derrocó a Lumumba en septiembre de 1960. Fue torturado brutalmente y fusilado por mercenarios belgas, que disolvieron su cuerpo en ácido y esparcieron sus restos para que no fuera reconocido.

Hace bien poco, en noviembre de 2001, el parlamento de Bélgica reconocía la responsabilidad de su Estado en la muerte de Patricio Lumumba.

Medio siglo después, las autoridades estadounidenses reconocieron su implicación en el derrocamiento y asesinato del líder congoleño.